miércoles, 26 de septiembre de 2012

El Río del Eterno retorno

Mi amigo Frank me contó que el río al que íbamos tiene un secreto. Allí debimos haber estado hoy con mis hijos, en los sueños de mi siesta. Uno, de a poquito, sin darse cuenta, se va rejuveneciendo con esa agüita marroncita.

Estaba Malena subida a un botecito, mientras Emiliano jubaba en mis hombros y yo, arrodillado en el agua, vigilaba sus risas. Y de repente, el globo que inflaba mi chiquita, explotó y ella cayó al agua del susto... Y mientras caminaba hacia mí, se iba haciendo más y más chiquita.

En el cielo rojizo se desplomaba la tarde y tras la sierra, apresurada, aparecía la luna. Dice Frank que hay que ser cauteloso, porque a más de un abusivo lo pescó la noche y se perdió en un orgasmo. ¡Tampoco es cuestión de andar desnaciendo a cada rato! me advirtió.


*Sueño siestero de esta primavera recién nacida.
*Es una recreación en el sueño de aquella idea de Quino, titulada "La vida debería ser al revés" donde uno primero muere y se va haciendo más y más jóven, disfrutando. Luego se va de la vida en un orgasmo (el de sus padres, naciéndolo)...
*Frank Joe Salamone es mi único amigo yankee, que hace años (unos treinta) que no veo. Debe andar cumpliendo con su Dios e incumpliéndo con él. Dónde estés,un abrazo.
*Gracias Corel Photopaint porque me permitís poner las cosas y las personas donde quiero, como en esta oportunidad. Ni mis hijos estaban en el´río, ni las fotos son contemporáneas.


lunes, 10 de septiembre de 2012

Polenta

A veces, cuando me gana la desesperanza, cuando no tengo ganas de nada o se me ocurre que hay pocas cosas que tienen sentido, pienso en mi vieja.


Hacía como cinco años que no podía caminar: las rodillas vencidas, los tobillos a la miseria, los brazos sin fuerza, los músculos atrofiados por una puta enfermedad que le arruinó el cuerpo...

Nunca se quedó quieta con su silla de ruedas. Prendió la cocina, lavó los platos, cocinó, cebó mate. Siempre se las arregló como pudo, con un palito, empujándose con un pie, con lo que fuera o como fuera.

Nos hace enojar porque nunca pide que le alcancen nada y si uno pregunta por algo, inmediatamente, sale ella a buscarlo.

Y desde hace unos meses, que encontró a alguien que le hace unos masajes revitalizadores, se puso las pilas para volver a caminar. Tiene 85 y no se rinde. No sé de dónde saca tanta "polenta".

Se enoja, porque no puede -como quisiera- hacerlo sin el andador para salir a hacer las compras sin pedir ayuda.

A veces, muchas, la envidio y la admiro por tanta fuerza.